Procrastinar puede dejar serias secuelas en tu economía personal o en tus proyectos más deseados.
Procrastinar significa posponer, dejar para más tarde, aplazar deberes, tareas o responsabilidades a favor de otras actividades más gratificantes.
Esto es lo que sucede en muchas ocasiones a la hora de dar pasos para avanzar hacia algo nuevo. Aunque sea algo que nos puede ayudar a salir de la situación de dificultad en la que nos encontremos… al dirigirnos hacia algo desconocido, algo que nos va a suponer algún tipo de esfuerzo, algún nuevo aprendizaje,… nos cuesta avanzar.
En algunas ocasiones, lo que más cuesta es dar el primer paso. Lo que ocurre más a menudo es que la meta se ve muy difícil de alcanzar. Ves que para conseguir el objetivo hay que cambiar muchas cosas y aprender otras muchas, y todo se convierte en una gran bola de nieve. Esto puede hacer que desistas, o que solo dediques tiempo a la parte más gratificante del proyecto. Pero si no se aborda todo el proyecto al completo, en última instancia podría frustrarse.
En el caso de que tengas algo en mente y lleves tiempo posponiéndolo porque hay que dar multitud de pasos que te abruman, mi recomendación es dividir el proyecto en varias partes. También puedes dividir esas partes en diferentes tareas. Estas tareas pueden ser desde una simple llamada de teléfono para informarte sobre un tema concreto, a hacer una búsqueda en internet, limpiar un local, tramitar el alta de una actividad económica, etc.
La cuestión es ver que avanzas aunque se trate de tareas muy sencillas e insignificantes. Tu cerebro lo va a percibir como un avance y eso te ayudará a adquirir el hábito de trabajar en el proyecto y que esté materializado antes de darte cuenta.